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martes, 24 de mayo de 2011

La Poesía es un Arma Cargada de Futuro, Gabriel Celaya

La Poesía es un Arma Cargada de Futuro
Cuando ya nada se espera personalmente exaltante,
mas se palpita y se sigue más acá de la conciencia,
fieramente existiendo, ciegamente afirmado,
como un pulso que golpea las tinieblas,

cuando se miran de frente
los vertiginosos ojos claros de la muerte,
se dicen las verdades:
las bárbaras, terribles, amorosas crueldades.

Se dicen los poemas
que ensanchan los pulmones de cuantos, asfixiados,
piden ser, piden ritmo,
piden ley para aquello que sienten excesivo.

Con la velocidad del instinto,
con el rayo del prodigio,
como mágica evidencia, lo real se nos convierte
en lo idéntico a sí mismo.

Poesía para el pobre, poesía necesaria
como el pan de cada día,
como el aire que exigimos trece veces por minuto,
para ser y en tanto somos dar un sí que glorifica.

Porque vivimos a golpes, porque apenas si nos dejan
decir que somos quien somos,
nuestros cantares no pueden ser sin pecado un adorno.
Estamos tocando el fondo.

Maldigo la poesía concebida como un lujo
cultural por los neutrales
que, lavándose las manos, se desentienden y evaden.
Maldigo la poesía de quien no toma partido hasta mancharse.

Hago mías las faltas. Siento en mí a cuantos sufren
y canto respirando.
Canto, y canto, y cantando más allá de mis penas
personales, me ensancho.

Quisiera daros vida, provocar nuevos actos,
y calculo por eso con técnica qué puedo.
Me siento un ingeniero del verso y un obrero
que trabaja con otros a España en sus aceros.

Tal es mi poesía: poesía-herramienta
a la vez que latido de lo unánime y ciego.
Tal es, arma cargada de futuro expansivo
con que te apunto al pecho.

No es una poesía gota a gota pensada.
No es un bello producto. No es un fruto perfecto.
Es algo como el aire que todos respiramos
y es el canto que espacia cuanto dentro llevamos.

Son palabras que todos repetimos sintiendo
como nuestras, y vuelan. Son más que lo mentado.
Son lo más necesario: lo que no tiene nombre.
Son gritos en el cielo, y en la tierra son actos.

Gabriel Celaya

miércoles, 18 de mayo de 2011

Semilla Negra, Radio Futura

Ese beso entregado al aire es para ti
fruta que has de comer mañana.
Guarda la semilla porque estoy en él
y hazme crecer
en una tierra lejana.

Si me llevas contigo
prometo ser ligero como la brisa
y decirte al oído
secretos que harán brotar tu risa.

Esos ojos detrás del cristal
son dos negros cautivos cruzando el mar.
Por la noche estaré solo en la selva,
qué voy a hacer
esperando a que vuelvas.

Si me llevas contigo
prometo ser ligero como la brisa
y decirte al oído
secretos que harán brotar tu risa.

Yo tengo un pensamiento vagabundo,
voy a seguir tus pasos por el mundo.
Aunque tú ya no estás aquí
te sentiré
por la materia que me une a ti
por la materia que me une a ti
por la materia que me une a ti...

Semilla Negra,
Semilla Negra,
Semilla Negra,
Semilla Negra.

Semilla Negra, Radio Futura
http://youtu.be/l6LoxNFI9sQ

sábado, 14 de mayo de 2011

miércoles, 11 de mayo de 2011

Cada vez


Cada vez que me sueñas me inventas de nuevo,
contigo,
cada vez que me miras me acaricias de nuevo,
con tus ojos,
sin distancia.
Cada vez que me tocas me ves de nuevo,
con tus manos,
sin tiempo.
Cada vez que respiras me inventas de nuevo,
contigo,
cada vez que me inventas,
te sueño de nuevo
conmigo,
y eres mi verso y mi latido.

© Mª Ángeles Sánchez Román, 2007.

Sin mapas

Y fueron tus manos recreando mi espalda,
sin mapas,
y sin palabras
tus ojos susurrándome:
                                           “Te conozco desde siempre”.

© Marian MASR, 2007.

Desde la otra orilla


Amanecimos antes que el día,
y empecé a mirarte desde lejos,
"desde la otra orilla,
donde el sol es ausencia todavía".
Recorrimos el mundo para encontrarnos.

Aparecí
y sin querer
te busqué hasta encontrarte
en cada rincón del mundo
en un tiempo a contratiempo
a una distancia infinita,
insalvable,
en un sueño imposible.
Y desapareciste
queriéndome
para huir hasta perderme.


Me sueñas desde tu isla,
y soy:  tu obsesión,
           tu ausencia
           y tu renuncia.

© Mª Ángeles Sánchez Román, Mayo 2007

Tus ojos


Dibujas mi rostro,
perdido en el mundo,
y te encuentro en mis ojos susurrándome:
                                       En el centro una gota marrón
                                       Rodeándola un dulce color miel que Dios quisiera
                                       Alrededor un verde claro
                                    Y un aro violeta que todos los Noviembres lo soñaran
                                    Después un blanco transparente
                                    Y lo que cualquier color es incapaz de decir:
                                    ¡Una mujer saliéndose por ellos!.

Waldo Leyva, Aguadulce, Abril 95.
"La realidad no es otra cosa que la capacidad de engañarse que tienen nuestros sentidos", Einstein.
"El orgullo divide a los hombres, la humildad los une", Sócrates

Muralla y Abismo

"El mar es la distancia entre dos puertos...", Karel Leyva

Contra la muralla infranqueable del tiempo,
mis manos 
y ante el abismo de la distancia infinita, 
mis ojos,
yo,
me desnudo ante ti,

sin ti,
y evoco el mar
como la débil e inquebrantable
línea que nos une.

© Mª Ángeles Sánchez Román, 2007.
"Quien es capaz de hurgar y penetrar el cerebro, merece la pena ser tratado con respeto",
Lisbeth Salander (Millenium, Stieg Larsson).

Camino por el Mundo


Camino por el mundo,
sin mapas,
con tus ojos puestos en los míos,
con un único rumbo: tu mirada,
                                  tu voz,
                                  tu verso
                                  y tu latido,
tocar tus manos,
mirarte a los ojos,
que me acaricien tus ojos
y me funden tus manos.
Con un único objetivo: encontrar mi lugar,
                                       tocar tu fondo,
                                       y tu latido
saber que una vez estuve dentro,
y marqué tu corazón.
Con un único sueño: tu abrazo,
                                    y tu latido.

© M ª Ángeles Sánchez Román, mayo 2007

Nunca fuimos


Nunca fuimos
dueños de nuestro tiempo,
de aquel instante.
En realidad, nunca fuimos
excepto esclavos
de la distancia.
esclavos del tiempo,
en realidad nunca fuimos,
excepto un sueño.

© Mª Ángeles Sánchez Román, mayo 2007

Horizonte y Duna


La primera vez que hicimos el amor
no tocaste mi piel,
ni besaste mis labios,
me abrazaron tus ojos
y me miraron tus manos,
hasta encontrar mi horizonte,
donde tu piel inventa la mía.
Y una vez ahí con tu gesto,
dibujaste mi contorno,
con mi voz recitaste tu verso,
tu verso fue mi voz
y tu latido mi latido.

© Marian MASR, mayo 2007

Somos Tiempo y Distancia

Somos el tiempo y la distancia,
implacables,
blindados.
Somos "un grito sordo",
somos una irrealidad que escapa
y corre fugaz de la realidad
etérea pero rotunda,
a la que la vida nos somete
y nos impone sus coordenadas,
de espacio y tiempo,
y abismo,
sin piedad.
Caos tridimensional.
Nos escondimos en la misma realidad,
de la que huimos, 
y renunciamos a la vida, 
y a nosotros
y somos tú y yo, 
y dejamos de ser abrazo.
Y te odio hasta el fondo,
donde vuelvo a encontrarme
                                          con tus ojos,
                                         tus manos,
                                        tu voz y tus versos,
                                        sin tu latido.
Somos el tiempo y la distancia 
de una mirada,
de una caricia,
un breve instante,
infinito
que marcó para siempre  nuestras  pupilas.
 
© Mª Ángeles Sánchez Román, Mayo 2007

Ausencia

"Tengo un vacío en el estómago,
y no es hambre,
es ausencia.
Por la distancia infinita que impone,
y el vértigo abismal que siento
al no haber fondo"

© Mª Ángeles Sánchez Román, 20/7/10

martes, 10 de mayo de 2011

lunes, 9 de mayo de 2011

Retrato de Mujer, Gonzalo Rojas

"La oscuridad es otro modo de silencio", Gonzalo Rojas.
Retrato de mujer
Siempre estará la noche, mujer, para mirarte cara a cara,
sola en tu espejo, libre de marido, desnuda
en la exacta y terrible realidad del gran vértigo
que te destruye. Siempre vas a tener tu noche y tu cuchillo,
y el frívolo teléfono para escuchar mi adiós de un solo tajo.
Te juré no escribirte. Por eso estoy llamándote en el aire
para decirte nada, como dice el vacío: nada, nada,
sino lo mismo y siempre lo mismo de lo mismo
que nunca me oyes, eso que no me entiendes nunca,
aunque las venas te arden de eso que estoy diciendo.
Ponte el vestido rojo que le viene a tu boca y a tu sangre,
y quémame en el último cigarrillo del miedo
al gran amor, y vete descalza por el aire que viniste
con la herida visible de tu belleza. Lástima
de la que llora y llora en la tormenta.
No te me mueras. Voy a pintarte tu rostro en un relámpago
tal como eres: dos ojos para ver lo visible y lo invisible,
una nariz arcángel y una boca animal, y una sonrisa
que me perdona, y algo sagrado y sin edad que vuela de tu frente,
mujer, y me estremece, porque tu rostro es rostro del Espíritu.
Vienes y vas, y adoras al mar que te arrebata con su espuma,
y te quedas inmóvil, oyendo que te llamo en el abismo
de la noche, y me besas lo mismo que una ola.
Enigma fuiste. Enigma serás. No volarás
conmigo. Aquí, mujer, te dejo tu figura.
Gonzalo Rojas
"La poesía es un aire nuevo, no para respirarlo, sino para vivirlo", G. Rojas.
"La oscuridad es otro modo de silencio", G. Rojas.
Hasta siempre, Poeta.

¡ LA VIDA DEBERÍA SER AL REVÉS !, Quino.

¡ LA VIDA DEBERÍA SER AL REVÉS ! 

Se debería empezar muriendo y así ese trauma quedaría superado.
Luego te despiertas en un Hogar de ancianos mejorando día a día.
Después te echan de la Residencia porque estás bien y lo primero que haces es cobrar tu pensión.
Luego, en tu primer día de trabajo te dan un reloj de oro.
Trabajas 40 años hasta que seas bastante joven como para disfrutar del retiro de la vida laboral.
Entonces vas de fiesta en fiesta, bebes, practicas el sexo, no tienes problemas graves y te preparas para empezar a estudiar.
Luego empiezas el cole, jugando con tus amigos, sin ningún tipo de obligación, hasta que seas bebé.
Y los últimos 9 meses te pasas flotando tranquilo, con calefacción central, roomservice, etc. etc..
Y al final... ¡Abandonas este mundo en un orgasmo!  

QUINO

Genial.

Barcelona y Yo.

Hoy la lluvia me ha despertado desnuda en Barcelona, y recorre los cristales de la ventana del hotel. Y me invita a mirarla, tímida y húmeda, gris y limpia, definiendo su contorno majestuoso en un horizonte de luces, torres altas y diminutos tesoros que surcan un cielo inmenso de tonos violeta. No es tristeza, es emoción y al mismo tiempo la necesidad de volver a mí, de reencontrarme con esa parte de mí que se quedó aquí para siempre y me llama, me sugiere y me acaricia. La ciudad seductora me despierta en mitad de la noche para contemplarla cómo amanece y se abre al mundo, y se va iluminando de todos los colores posibles, y me empieza a susurrar todos los sonidos. Me asomo a un pequeño balcón de piedra antiguo, tan alto como lleno de recuerdos y siento el reflejo de las primeras luces de una ciudad que estrena otro día y me lo ha venido a regalar, y me lo ofrece en privado, exclusivo para mí, como si sólo yo lo contemplara. Barcelona desnuda por dentro y cubierta de día otoñal,  vestida de octubre. El aire es frío y me despeja cualquier atisbo de duda. La circulación es fluida y los latidos son relajados pero intensos al sentir el roce de los brazos de una ciudad que me abriga y se entrega a mí. La cama enorme y llena de un edredón blanco es el mejor altar desde donde contemplarla, con el balcón abierto, el aire silba y roza mi cara. A través de los cristales se dibuja su silueta llena de momentos únicos, de lugares mágicos, de instantes inolvidables, de gentes imprescindibles, y se guarda como el mejor regalo siempre intacto y especial. Siempre necesaria y vital, me sobran razones y motivos para ser su deseado huésped.



© Mª Ángeles Sánchez Román, 31/10/10



Amante y Amada Barcelona.
(Foto de mi amiga Clara Pérez).

Ocultas Claves para la Memoria, Waldo Leyva.


Cierto color violeta y la partida

Una mujer me espera
en un rincón del mundo,
enciende para mí
las luces de su casa.

Cuando no estoy
se pone mi camisa,
persigue el rastro
de los dos sobre la cama,
duerme desnuda
y sueña con el mar.

Yo voy mirando todo
con sus ojos,
recuerdo los cristales,
el pañuelo,
cierto color violeta y la partida.

Ahora mismo
puede dormir o estar despierta
o llorando escondida de sí misma.
No necesito verla
para entender sus gestos,
para saber
cuando está rota y grita,
cuando junta palabras
como siempre,
como nunca,
cuando le pone
el pecho a la distancia
y aparta los cuchillos
y se siente culpable
y homicida
y me odia hasta el fondo
donde vuelve
a encontrarse con mis ojos.

Esa mujer me espera
si estoy o si he partido,
y seguirá encendiendo
las luces de su casa
por encima del tiempo
y la memoria.

Waldo Leyva, "Ocultas claves para la memoria"

Caída libre en el abismo de un verso.

Ella se despide detrás... /Alexis Díaz-Pimienta.



Ella se despide detrás de los cristales
                                                           para Mari Ángeles
                        
                         Cuando salí de ti, a mi mismo me prometí que volvería.
                                                                                             José Hierro

Ella se despide detrás de los cristales,
de los grandes cristales.
Un gesto puramente inmemorial, único,
lleno de andenes y puertos y ventanas,
cruza la transparencia hasta otros ojos.
El viajero no escucha,
lee los labios,
insinua, regresos y lágrimas.
Ella se despide detrás de los cristales.
De su mano se desprenden
sábados inconclusos,
sábanas y botellas,
de su mano dependen los relojes.
Es difícil aceptar la indiferencia del vidrio,
su sordera impasible,
la ajenitud de las corbatas y los bolsos.
Ella desmiente todas esas historias
donde se agitan pañuelos y lágrimas.
La sobriedad del gesto, la imnensa sobriedad
del gesto, nos deja inútiles.
Y el viajero no es más
que ese rostro detrás de los cristales,
esa mímica triste, una carta futura
que ha empezado a dictarse.

Alexis Díaz-Pimienta, "En Almería casi nunca llueve"

Bonus Track.........

Un corazón de madera
lleva esta niña en el pecho
con qué árbol se ha hecho
que aún huele a primavera.
Si esta muchacha quisiera
volvería a florecer
y yo, dispuesto a llover
sobre todo su ramaje
me integraría al paisaje
de su cuerpo de mujer.

Waldo y Alexis, Aguadulce, 13/1/96

Por aquel tiempo que nos impregnó a todos de un modo inusual y de unas personas únicas por lo inmensas, y nos marcó el pecho para siempre. Ese tiempo, ese modo y estas personas conjugamos el verbo Vivir en pasado, presente y futuro, inherente a la piel como cada latido.

Marian, 27/10/10



Versos per-versos.


12-O. La Hora del Carnaval, (Barricada)



Hombre blanco empieza el carnaval


es el baile de las hienas
el que más miedo mas da
no importa dejar tu huella
aniversarios que celebrar
saborear la victoria final
tradiciones con orgullo
hay que saber imponer al vencido.
No importa dejar tu huella.
El camino ha sido repetido
con la misma crueldad
que le gusta al hombre blanco
desangrándolo por el cuello.
No importa dejar tu huella.

Sed de aventura convertida en poder
sed de aventura convertida en miseria
cualquier pueblo mutilado
gira y gira alrededor de la angustia.
No importa dejar tu huella.

Con la misma crueldad
de la victoria fina
lhombre blanco ya empezó
la hora del carnaval
hombre blanco empezó.




12 de Octubre. ¿Día de la Hispanidad o Día de la Resistencia Indígena?. Ningún orgullo.

Más Ausencia.

Me siento absurda cuando abrazo el hueco de la ausencia indiferente y de la indiferencia presente. Por más vueltas que le doy me faltan razones y me sobran silencios y heridas que ya son cicatrices que el tiempo es incapaz de llenar y de borrar. Son silencios vacíos y heridas invisibles. Son mis fantasmas danzando a mi alrededor, y aparecen cuando no los invito, cuando no los espero y cuando no los quiero. Me siento absurda al soñar aquel abrazo primero robado con alevosía y después negado sin  premeditación, un abrazo tan imposible y tan lejano que en el propio sueño me digo a mí misma que estoy soñando, y me aviso y me advierto para no llevarme un desengaño. Cuando un abrazo se niega o se rompe, la piel queda marcada para siempre con hielo, y la voz se quiebra, igual que el pensamiento se nubla, los ojos se inundan, el pecho se encoge y el cuerpo paralizado busca cobijo para protegerse de tanta inclemencia. La incondicionalidad no es un oficio, de la misma forma que la vulnerabilidad no es una oportunidad. Cuando uno mismo se impone distancia, nada es posible porque los mensajes y los sentimientos se quedan perdidos hasta morir en esa zona intermedia donde nada tiene sentido, porque no existe la luz, ni el aire. Cuando la distancia es impuesta, es uno quien se pierde y empieza a morir en esa zona intermedia, sin palabras y sabiendo que es imposible llegar. Y sola, sólo con la fiel compañía del pánico. Ojalá fuera un sueño tanta pesadilla, tanto vacío en el estómago por la ausencia, por la distancia infinita que impone, y tanto hueco en el pecho por el vértigo abismal que siento al no haber fondo.

© Mª Ángeles Sánchez Román, 6/10/10

Cuando uno muere de silencio, es porque nadie lo escucha.

Mi Llave.

Cuando alguien es capaz de abrirme otras ventanas al mundo, desde las que otros paisajes son posibles, no sólo accede a mí, me hace accesible y soy un poco más libre porque soy un poco menos prisionera de mí.
Cuando alguien descifra mi clave de acceso y se instala poco a poco hasta llegar a lo más hondo, y me conmueve inspirándome los sentimientos más vivos, es imposible negarme al huésped y la inmunidad me abandona y se hace cómplice de él hasta invadirme por completo.
Cuando alguien tapiza mi interior y hace cada hueco suyo, me viste por dentro y desde ahí me contempla desnuda, siempre desnuda, y es inútil la ropa.
Cuando cada palabra es un desafío y cada gesto una provocación, los silencios no son treguas, son abismos.
Cuando alguien me pide el alma a través del cuerpo y me descubre la suya, es imposible retroceder, y mucho menos negarse a esa enfermedad del cuerpo llamada Deseo.
Da igual cualquier gesto, cualquier silencio o cualquier palabra. Está todo dicho y todo sabido. Y está todo callado para no repetirlo.
Cualquier movimiento no es en vano. Y tendrá su recompensa.
Yo no sé cuál es la química que nos hace así de accesibles, que nos impulsa y nos atrae, que nos agita y nos remueve, que nos calma y nos hace entregarnos, que nos permite morir y renacer tantas veces como sea posible.
Ingenua, y peligrosa.
Sincera y confiada.
Impaciente.
Impaciente.
Descarada y .........
Cualquier movimiento no es en vano. Y tendrá su no recompensa.
Castigada.
Deseada.
Muy castigada.
Quiero llegar a ese lugar donde todo es posible, donde lo irracional nos libera, y nos permite ser lo que no somos por fuera y somos por dentro, a ese lugar más allá de lo racional, de lo establecido.
A ese lugar que sólo es posible contigo.
A ti que sólo eres posible en ese lugar.
Tú eres quien me da esa prioridad.
Y quien me la niega, o me la dosifica.
Sólo tú, y lo sabes.
Sólo tú.
Solo.
Solos.
Deseo.


© Mª Ángeles Sánchez Román, 5/8/10

Prioridad.

"No trato como prioridad a quien me trate como opción".
Leí esta frase hace pocos días y todavía no me he recuperado de su contundencia, y del mazazo que sentí al recorrerla de principio a fin. Me sacudió, me agitó, se me removió todo por dentro, y me sentí tan diminuta, que en un segundo se me derrumbó todo. Todavía estoy buscando mis piezas, que se esparcieron por todas partes como escondiéndose ante la posibilidad de ser reconstruidas, y todavía sigo lamiéndome las heridas invisibles pero abiertas y me sigo buscando sin éxito, porque además hubo una parte de mí que no sólo se escondió, sé que huyó, que me abandonó como avergonzada, y que desapareció no sé si para siempre. De repente sentí una especie de deuda conmigo misma, difícil de saldar. Debe ser que mis componentes percibieron ese sentimiento de morosidad moral y ninguno quiso dar la cara, no por falta de honra, sino por precaución, por prudencia, por una cuestión simplemente de no reconstruir al kamikace despilfarrador de sentimientos, de nuevo.

Esa frase me desnudó por completo, pero lo hizo arrancándome cada prenda, hasta sentirme desnudada, que no desnuda, y sola ante semejante pensamiento. No fue un acto de exhibición que el cuerpo desea, y repta hacia el mundo sintiéndose deseado, fue más bien quererme resguardar, encogida y ser despojada de ellas para "declarar" ante mí misma.
Me sentí sola y desnudada, y me faltaban brazos intentando tapar la frase escrita en mi piel desde la cabeza a los pies, cabizbaja, y sin argumentos. En mi frente estaba el "No", frío, que me quemaba, porque el hielo quema; en mi pecho "trato", tatuado, un trato incondicional y vital para respirar; en mi estómago "como", un como en su otra acepción enseñando su cara caníval, que empezaba a devorarme viva; entre mis crestas ilíacas y el sacro una coraza para "prioridad", para que se sintiera bien defendida, qué mejor sitio, que poder pasearse por mi sexo libremente y poder descansar en mi útero, a capricho; "a quien" escondía tanto que era como una especie de incontinencia que resbalaba por mis piernas, imparable, y caliente, como la micción más deseada; "me" estaba en mis rodillas, cada letra en una, porque era demasiado pesado sólo para una; "trate" volvía a mi pecho desde tanta distancia que apenas lo veía, y otro, tambaleándose sensible pero lleno de silencios, lleno de emociones calladas, porque la sinceridad siempre es un "as" boca arriba; "como" seguía comiéndome por dentro sin compasión, y "opción" se había caido y ya no era ni eso, era nada bajo mis pies, pisoteada, ni siquiera era opción.

Todo el peso de la frase descansaba sobre mí mientras me pedía explicaciones mudas y sordas, cuestionándome. Intentaba tapar sin éxito lo que mis brazos no abarcaban, pero lo peor es que dejaba al descubierto mi pudor, y un sentimiento de absoluto desasosiego, una tristeza inexplicable y casi absurda, un pellizco en el pecho y llanto como el de un niño desamparado.

Yo no sé ser de otra manera, cuando alguien me toca por dentro, y llega a ese lugar casi innaccesible, casi indescifrable y lo corona, ya es suyo, inevitablemente suyo para siempre, y yo dejo de pertenecerme,...... Da igual que desaparezca en cuerpo, que no exista, que no diga nada, porque lo esencial de mi lo tiene en su poder. No lo decido yo, deciden mis sentimientos por mí, y la entrega incondicional es inevitable. Nadie me ha pedido esa entrega, y quien lo ha hecho no ha obtenido nada. La clave está más allá de lo racional, es algo intangible pero poderoso sin límite, y quien accede a ella, descifra mi entrega y me tiene para siempre, como opción, o como prioridad, problema o solución, no depende de mí.
Yo también soy como soy.
Impertinente, descarada, imprudente,.............y hasta sincera. Lo soy todo y nada.

© Mª Ángeles Sánchez Román, 2/8/10









Prioridad.

Si Amas.

"Si amas algo/alguien, déjalo libre. Si vuelve es tuyo, si no, nunca lo fue".
Porque desde que se establece la primera prohibición disfrazada de condición, se impone la primera barrera, obtenemos la (falsa) incondicionalidad condicionada y concedemos la nuestra.
¿Cómo es posible pactar los sentimientos y la libertad, imponerle límites y pretender salir ilesos?.
La libertad pactada y condicionada es por definición una condena con libertades condicionales permitidas, son arrestos domiciliarios que conceden salidas al exterior de esa cárcel que nos imponemos para acabar volviendo a ella.
Empieza la turbidez.
A quien primero debemos ser fieles es a nosotros mismos. Y luego podremos hablar de fidelidad con autoridad moral.
Cuanto más se aman, más se quieren y más se desean dos o más personas, más tolerantes deben ser, y más deben respetar su libertad. Y empezamos a dejar de ser tolerantes y libres desde el momento en que acotamos la libertad del otro, que es justo cuando acotamos y coartamos la nuestra propia.
Nos convertimos en intransigentes poseedores del otro, y consentidos sumisos poseídos. Las posesiones privando nuestra libertad y la del otro son la primera y más peligrosa fecha de caducidad de cualquier pareja. Y todo, no por ser coherentes a la fidelidad, sino a lo socialmente bien visto, a lo aprendido, y por supuesto fieles a esos límites o muros invisibles pero inamovibles en los que sabemos movernos sin miedos porque son la principal barrera de contención contra éstos. Los miedos controlados y callados parece que son menos miedos, pero en realidad son pánicos gigantes que acaban invadiéndonos.
Si limitamos y ahogamos nuestros sentimientos, los acabamos matando. Y nos vamos muriendo poco a poco. Somos capaces de tolerar lo más indigno y de indigestarnos e intolerar cualquier sutil gesto de afecto, o mejor dicho, somos incapaces de tolerarlo. Debemos parecer honestos, y serlo. ¿Dónde está el límite de lo fiel?. ¿ En qué gesto público o privado somos y dejamos de serlo?. ¿Un beso es infiel?. ¿Qué escala determina si un sentimiento es infiel?. ¿ Masturbarse es infiel? (ojo!, es tener sexo con alguien que no es nuestra pareja). Se puede ser fiel con el cuerpo, e infiel con la mente, pero normalmente sólo nos importa y juzgamos lo contrario.
Arenas movedizas.
El límite de la fidelidad lo establecemos nosotros siempre restringiendo, cuando debería ser tan permisivo o restricitivo en la medida que nuestra generosidad y madurez nos permita estar dispuestos a serlo.
Nos domina todo lo demás, no mandan los sentimientos, y mucho menos el cerebro, que es donde realmente está el límite de lo fiel, o el no límite, porque la fidelidad debe ser ilimitada. Y en realidad la limitamos, y en cambio, alimentamos y se nos desborda todo lo demás hasta envenenar.
Y nos podemos autoengañar con sobredosis de dignidad, pero antes nos "chutamos" la intransigencia vía prejuicios y perjuicios, y ella nos mueve ciegos y nos acaba intoxicando y matando a nosotros mismos y a todo lo que supuestamente queríamos.
Cuando se priva, cuando se juzga, cuando somos privados y juzgados, cuando somos defensor nuestro y fiscal del otro, firmamos una pena a veces de cadena perpetua, y acabamos siendo prisionero del otro pero nuestro propio verdugo.

© Mª Ángeles Sánchez Román, 31/Julio/10
Todo está en el cerebro.

Ausente del Presente y de Mí.

A veces estamos ausentes de nuestro propio presente, tomando caminos sin salida, buscando en la dirección equivocada y en el sentido opuesto al que la vida nos sugiere, perdidos sin querer seguir el rumbo, desorientados por la torpeza que nos lleva a no mirar y ciegos por no querer ver. Otras nos detenemos asustados creyendo que nos sobra el tiempo, y que nos va a esperar. Y nos sentimos como dueños del destino, cuando en realidad nos da miedo avanzar. Cuando alguien nos toca el alma, nos da miedo porque es posible que se la lleve para siempre. Sólo somos dueños del destino cuando vivimos el presente sintiéndonos vivos, sin detenernos, ni detener a quien nos mueve. No olvidemos, que cuando alguien nos acaricia por dentro se está dando casi un milagro, porque es capaz de revolvernos y volvernos del revés como por arte de magia. Debemos saber escuchar esa señal tan poco frecuente y tan viva que nos hace sentirnos plenos y dioses, y darnos sin remedio, porque pararse en esa entrega es dejarse morir en vida o matar un poco al otro. De la misma forma que negarse a uno mismo es otra forma de engañarse.
La vida es todo nuestro recorrido vivos. Pero la vida sólo es ahora mismo porque ayer ya es memoria, y mañana no existe todavía. El tiempo nos recorre y nos cambia cada segundo. Pone a nuestro alcance experiencia, conocimiento y sabiduría que no siempre asimilamos porque pasamos de largo de lo esencial y de lo verdaderamente importante, mientras nos entretenemos a mirar y a aparentar que libramos alguna que otra batalla mediocre. Muchas veces anhelamos un pasado que nos acarició y deseamos un futuro, que no son, ni están, mientras somos indiferentes e impermeables al presente que nos late y nos hace vivos. Somos tan ingratos con nosotros mismos, que a veces es imposible ser generosos con los demás. Uno sólo debe mirar atrás para adelantar, tantas veces como sea necesario, para poder estar seguros, pero sólo para eso. Si miramos demasiado atrás, buscando y tratando de revivir, o resucitar lo que "matamos" ignorando en días pasados, nos estamos engañando porque no es posible soñar despiertos y acabaremos colisionando con el presente hecho obstáculo, y matándolo para después recordarlo.
Es imposible encontrar las ausencias que echamos de menos porque ya no pertenecen a ningún tiempo, porque las ausencias no existen. La ausencia es una falta de algo, es un hueco, y por tanto no es, ni está. Es posible rellenar ese hueco, quizás. Pero a veces la ausencia es una falta de alguien, o peor, una carencia, o una renuncia y entonces no es hueco, es un vacío, es un agujero que se apodera de nosotros, es un abismo en la boca del estómago al que no cesamos de caernos sin llegar al fondo y sin ver la luz, y lo peor, del que no podemos salir. Es difícil asimilar las ausencias, porque algunas son eternas y otras las convertimos en esperas agónicas cuando deben ser deseados reencuentros, esperados y a veces inesperados. Yo trato de asimilar y entender la ausencia, pero me cuesta coordinar mi presente con esa especie de mordaza invisible.
Deberíamos tenerle menos miedo al futuro porque no existe, y es muy triste que algo que no existe nos condicione el presente y hasta nos lo evite. Sólo estamos vivos si vivimos este preciso segundo. Ningún muro de contención resiste si la fuerza es constante o creciente, porque es un pulso al tiempo, y sólo es cuestión de éste. Incluso la indiferencia más cruel acaba rindiéndose cuando el Deseo manda y acabamos declarando, ejecutando, torturando, sometiendo, dominando y matando a nosotros mismos, porque somos nuestro propio testigo, verdugo, esclavo, amo y asesino.
Una ausencia a veces es la negación de uno mismo.

© Mª Ángeles Sánchez Román, 15/7/10
Una ausencia es un bocado en el estómago, un abismo del que queremos huir pero que nos absorve sin remedio. Una ausencia es un fantasma.

Vértigo sin Palabras

Cuando alguien te roba el alma dejas de pertenecerte para siempre, uno deja de ser dueño de uno mismo porque en un acto inconsciente e incondicional nos entregamos sin reservas y de manera irreversible a sus manos, o mejor dicho a su mente. Ya no es posible desandar ese paso. Cada vez que callas una palabra me arrancas un trozo de pensamiento y cada vez que evitas un gesto me borras una sonrisa. No podemos gobernar el tiempo, que se escapa entre los dedos inevitable. La distancia es tanta que se hace invisible el camino, y se hace infinita cuando es el silencio quien impone sus coordenadas. Sin alma y en silencio miro atrás y compruebo mi sistema de referencia para confirmar que no es un sueño del que he despertado, sino más bien un insomnio que jamás me permitirá dormir sola, y se acomoda sobre mí como protegiéndome del mundo y cubriéndome en un acto sin fin e irracional sin límite. Tengo un bocado permanente en mi estómago y un latido que no cesa. Me siento impregnada de otra alma, poseida por un cuerpo que no es el mío y gobernada por una mente que me guía en silencio sin dejarme sola ni un segundo. Jamás pensé que alguien se podía adueñar de mí para siempre y dictarme cada paso sin pronunciar ni una sola palabra. Mi interior está expuesto al mundo y ya no es mío porque la sensación de vértigo es tan grande que me sacude una y otra vez hasta volverme del revés. Ya sólo puedo reconciliarme conmigo misma cada vez que me entrego al dueño de mi voluntad y al amo de mis deseos.

© Mª Ángeles Sánchez Román, 4/7/10.
Pensamiento difuso y más turbado