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lunes, 9 de mayo de 2011

La Dama Erótica: Anaïs Nin.

La Dama Erótica: Anaïs Nin.

Su legado al mundo es su interior, se desnuda y se exhibe con una naturalidad aplastante, y necesaria, se disecciona en vida, se psicoanaliza, se confiesa, se busca, se encuentra y se reinventa constantemente, para comprenderse a sí misma y a los demás y al mismo tiempo para salvarse de los demonios, porque "la dramatización de nuestros infiernos personales es nuestra única forma de salvación, de separarnos de ellos", y salvar a los demás, buscando la plenitud, a cada paso, a cada latido. Es la realidad más contundente, soñada, o sus más anhelados sueños hechos realidad. Es capaz de destilar sexo y erotismo en cada frase, y al mismo tiempo la sensualidad de un gesto, de una mirada, de un leve roce, "a veces los sentidos pueden sacar un enorme partido de un simple contacto de manos".

Anaïs Nin, Diario I

(...) Cualquier forma de amor que encuentres, vívelo. Libre o no libre, casado o soltero, heterosexual u homosexual, son aspectos que varían de cada persona. Hay quienes son más expansivos, capaces de varios amores. No creo que exista una única respuesta para todo el mundo (...)

(...) Me niego a vivir en el mundo ordinario como una mujer ordinaria. A establecer relaciones ordinarias. Necesito el éxtasis. Soy una neurótica, en el sentido de que vivo en mi mundo. No me adaptaré al mundo. Me adapto a mí misma (...)

(...) Siempre hubo en mí, al menos, dos mujeres una mujer desesperada y perpleja que siente que se está ahogando y otra que salta, como si fuera un escenario, disimulando sus verdaderas emociones porque ellas son la debilidad, la impotencia, la desesperación y presenta al mundo sólo una sonrisa, ímpetu, curiosidad, entusiasmo, interés (...)

(...) Los síntomas de la hibernación se pueden detectar fácilmente. El primero es la inquietud. El segundo síntoma (que llega cuando el estado de hibernación empieza a ser peligroso y podría degenerar en muerte), es la ausencia de placer. Eso es todo. Parece una enfermedad inocua. Monotonía, aburrimiento, muerte. Hay millones de personas que viven (o mueren) así, sin saberlo. Trabajan en oficinas. Tienen coche. Salen al campo con su familia. Educan a sus hijos. Hasta que llega una brusca conmoción: una persona, un libro, una canción, y los despiertan y los salvan de la muerte.

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